EUROPA, UNA UNIÓN CON SOBERANÍA LIMITADA

En IBI World hemos evitado, en la medida de lo posible, hablar de la invasión rusa de Ucrania. Se diga lo que se diga, estamos hablando en círculos, porque no sabemos la verdad de nada: ni de las acciones militares, ni de lo que las desencadenó (aunque la experiencia nos enseña que, tanto en Moscú como en Washington, se hace la guerra en el exterior cuando no se puede hacer frente a los problemas en el interior), ni de quién es el enemigo (a la vista de los efectos, es de temer que la Unión Europea esté directamente implicada), ni siquiera de los efectos reales que la guerra ha traído consigo: un proceso de rearme mundial, la crisis energética, el colapso del suministro de cereales a los países en desarrollo, el entierro de la tímida política ecologista a la que los gobiernos de todo el mundo habían jurado fidelidad durante la última década.

Lo que sabemos con certeza es que los precios de los hidrocarburos, y en consecuencia de la electricidad, han superado el umbral de costes que las familias europeas pueden asumir sin encontrarse en la pobreza y la necesidad, lo que está provocando una peligrosa recesión en toda la Unión Europea[1]. Hasta ahora, las sanciones económicas han enriquecido a muchos países (incluidos Estados Unidos y Rusia) y han golpeado duramente a los países en desarrollo y a la Unión Europea[2], que son los verdaderos perdedores de esta guerra. Y no sólo eso. Sabemos que este invierno seguiremos teniendo problemas para calentar nuestras ciudades y repostar nuestros coches, entre otras cosas porque los países de la OPEP han decidido disminuir la producción de petróleo, en lugar de aumentarla, como había exigido Estados Unidos[3], porque Arabia Saudí, los Emiratos Árabes y varios enemigos de Washington ven por fin la oportunidad de vengarse de casi un siglo de arrogancia de las barras y estrellas[4].

Europa se queda sola, atrapada entre la alianza atlántica y la dependencia del gas ruso, para buscar apresuradamente una alternativa. Entre otras cosas, porque los rusos no se quedan de brazos cruzados y, tras varias reducciones de suministros, ahora hay incidentes sospechosos en los oleoductos submarinos que conectan San Petersburgo con Alemania. La Unión Europea es aplastada por los deseos de la OTAN, y los países individuales de la UE deciden sin ningún orden, poniendo en peligro incluso la supervivencia de una Europa unida.

El conflicto entre Washington y Bruselas

A pesar de los acuerdos alcanzados con Rusia hace 30 años, así es como se expande la OTAN^[5]

La invasión relámpago de Ucrania ha fracasado, esto está a la vista. El conflicto se ha convertido en una guerra de trincheras: la militar, la diplomática, pero sobre todo la económica e industrial. La estrategia de la OTAN ha consistido en imponer sanciones económicas a Rusia, una decisión que ha dividido a la opinión pública occidental, de modo que, a día de hoy, no sabemos con certeza si las sanciones están dificultando tanto el régimen de Putin como para que implosione u obligue al presidente ruso a retirarse militarmente. Más bien, uno tiene la impresión de que Rusia, en la mesa de póquer cubierta de sangre, está dispuesta a hacer cualquier cosa para no perder.

Por ahora, la consecuencia que estamos experimentando en nuestra piel es la necesidad de un plan para desvincular progresivamente a los países europeos del gas ruso: algo que complace en primer lugar a los estadounidenses, que nos consideraban demasiado amistosos con el gobierno ruso. Para nadie es un misterio que, durante décadas, los intereses de la UE y la OTAN han sido profundamente divergentes[6]. En esto ha apostado Rusia, celebrando cómodos acuerdos de suministro plurianuales con los países de la UE, financiando proyectos conjuntos de construcción de gasoductos y planificando oleoductos que no atraviesen Ucrania, un país cada vez más cercano a la OTAN y, por tanto, un peligro para Rusia por su situación estratégica.

No es ningún misterio que Gorbachov aceptó la reunificación alemana a cambio de una promesa (desgraciadamente no sellada por un acuerdo escrito) de que Estados Unidos nunca incorporaría a los satélites de la URSS a la OTAN, un acuerdo descaradamente traicionado[7], dado que las fronteras de la Alianza Atlántica, hoy en día, llegar hasta Rusia[8]– todas las adhesiones, como la muy reciente de Macedonia del Norte[9], que los gobiernos locales justificaron con la lluvia de dinero y contratos de infraestructura garantizados por Occidente[10], y que Washington quería para evitar que la extensión de la OTAN, con el tiempo, fuera menor que la de la Unión Europea.

Para Washington, hoy como en 1944, los europeos somos naciones de soberanía limitada, y debemos seguir siéndolo. Algo que Putin, al invadir Ucrania, quizás ha calculado mal, porque nos obliga a los europeos a elegir entre Moscú y Washington, y más de cien años de historia dejan claro que elegiremos a Estados Unidos, y que no nos fiamos de los rusos. Por lo tanto, los verdaderos perdedores de la guerra librada entre rusos y estadounidenses en Ucrania somos nosotros, los europeos, que no tenemos gas con el que calentarnos ni petróleo con el que alimentar nuestros coches. Al mismo tiempo, en Bruselas, quienes dirigen la Unión han cometido un error aún más fatal: creer que el dinero europeo para el gas ruso era tan existencial como para obligar a Putin a cambiar de política.

El problema no resuelto en Bruselas es el de la incapacidad de tomar decisiones autónomas y, al parecer, se han dado muy pocos pasos para solucionarlo -como el contrato firmado el 22 de enero de 2019 por Angela Merkel y Emmanuel Macron en Aquisgrán, un tratado bilateral que obliga a Francia y Alemania a tomar decisiones diplomáticas, políticas, militares y económicas conjuntas, incluso frente a la Unión Europea, con vistas a lograr la total independencia de Estados Unidos[11]-. En este contexto, el debate sobre el posible ejército común europeo también ha sido acalorado: ¿debe incluir a los países de la OTAN o sólo a la UE? ¿Incluso los países de la UE con gobiernos abiertamente euroescépticos? A pesar de que los estadounidenses han declarado repetidamente que no están de acuerdo[12]?

De nuevo, la decisión de Putin de invadir Ucrania, y el consiguiente miedo de los pueblos europeos, no nos ayuda a emanciparnos. Por eso, hoy, en Bruselas, como en todas las capitales europeas, se reacciona con pánico ante la escasez de energía en invierno, y se pregunta si hay que reactivar las centrales de carbón o incluso tomar la decisión de volver a invertir en energía nuclear. En cuanto a las renovables: claro que nos gustaría, pero en la situación en la que nos encontramos, ¿a quién se le ocurre desviar recursos de la cobertura de la emergencia para aventurarse realmente en una inversión?

El sabotaje de Nordstream

Nord Stream, gas fuera del gasoducto^[13]

El 26 de septiembre de 2022, debido a unas violentas explosiones, las tuberías de metano situadas a 90 metros de profundidad en las aguas danesas del Mar Báltico comenzaron a envenenar las aguas circundantes[14]. Es difícil saber de quién es la culpa: el sabotaje responde a los intereses de los rusos (que así estrangulan aún más a la Unión Europea, necesitada de gas[15]) y de Estados Unidos (que siempre ha visto ese gasoducto como una amenaza para su poder en Europa)[16]. Pero también hay otros países que se benefician de este sabotaje, y no tenemos datos convincentes para argumentar que nadie tiene la culpa. Sin embargo, lo que se puede decir fácilmente es que la catástrofe sólo y únicamente afecta a los países de la Unión Europea.

El 1 de octubre de este año, la parada del gas ruso también llegó a Italia: los flujos de entrada en Tarvisio, el punto de entrada de los suministros entre Friuli y Austria, llegaron repentinamente a cero, como anunció ENI: “Gazprom ha comunicado que no puede confirmar la entrega de los volúmenes de gas solicitados para hoy debido a la imposibilidad declarada de transportar el gas a través de Austria. Por lo tanto, hoy los flujos de gas ruso destinados a ENI a través del punto de entrada de Tarvisio serán nulos”[17]. Se cree que es una represalia contra el apoyo italiano a Ucrania, pero según el primer comunicado de ENI los problemas son entre Rusia y Austria, y son principalmente de carácter técnico[18]. Sólo más tarde se podrá entender que el problema era una garantía de 20 millones de euros y la incertidumbre sobre quién debía responder por ella, un problema que se resolvió en pocos días[19], pero que deja claro la precariedad de la seguridad de suministro para los países mediterráneos.

Una parte importante del conflicto tiene que ver, por tanto, con una vieja cuestión económica: el suministro de petróleo se calcula en dólares, lo que apuntala el valor de la moneda estadounidense, algo que los rusos rechazan, exigiendo el pago en rublos, y que ahora también cuenta con el acuerdo de los países de la OPEP+ (trece países, entre ellos Irán, Kuwait, Arabia Saudí, Venezuela y Rusia): Deciden un recorte de la producción de dos millones de barriles diarios, lo que aumentará aún más los precios y, según Washington, favorece a Moscú, que, a pesar de vender menos gas, obtiene las mismas ganancias que antes de la guerra[20]. Por ello, el Presidente Biden pidió al Congreso que aprobara un aumento de la producción nacional de petróleo que permitiera reequilibrar los precios[21]. Una medida necesaria, ya que el acuerdo alcanzado en septiembre por los pesos del G7 sobre el techo de los precios del petróleo ruso llegará demasiado tarde[22].

El acuerdo del G7 prevé una serie de medidas para limitar el precio de las exportaciones de petróleo ruso con el fin de reducir la capacidad del Kremlin para financiar su guerra en Ucrania y proteger a los consumidores de la subida de los costes energéticos, una medida a la que Moscú ha respondido amenazando con dejar de vender crudo a los países que aprueben las restricciones[23]. Según el acuerdo alcanzado, las compras sólo se permitirán si el petróleo ruso cuesta un precio igual o inferior al “determinado por la amplia coalición de países adheridos”[24] y entra en vigor el 5 de diciembre[25]: los gobiernos de los países del G7 han solicitado la aprobación unánime de todos los Estados miembros de la UE[26].

La confusión reina, porque nadie puede influir en los posibles acuerdos de países como India y China, que tratan con Rusia y no con el G7, y que fijarán los precios y las cantidades de forma independiente, y de las empresas comerciales internacionales con sede en Suiza, Singapur o cualquier otro lugar, y que por tanto no se ven afectadas por las medidas[27]. No sólo eso: no hay nada que impida a los países del G7 comprar petróleo a un precio más alto a un vendedor no ruso que, a su vez, puede haberlo comprado a Moscú, eludiendo las medidas del G7. Pero el acuerdo se mantiene. Como explicó el ministro alemán de Economía, Christian Lindner, la limitación de los precios de las exportaciones rusas de petróleo tiene por objeto “frenar el aumento de los precios mundiales de la energía” y “reducir la inflación mundial”[28]. Pero se trata de un castillo de naipes, ya que no se ha logrado la unanimidad necesaria de la Unión Europea, al menos por el momento[29], dada la abierta oposición de Hungría y Chipre[30].

Un petrolero con bandera de las Islas Marshall, pero cargado de petróleo ruso, anclado en el Mar del Norte; en Ámsterdam, los estibadores se niegan a descargarlo^[31]

Hacer cumplir la prohibición es teóricamente posible gracias a que el 95% de los contratos de seguros marítimos del mundo se concentran en Londres, pero incluso esta pieza corre el riesgo de encontrar formas de ser eludida, como están haciendo China[32] e India[33], y pronto harán todos los demás[34]. Y mientras tanto, como explica la Agencia Internacional de la Energía, “a pesar de la disminución de los volúmenes de exportación de petróleo de Rusia, los ingresos por exportación de junio aumentaron en 700 millones de dólares en comparación con mayo, gracias al aumento de los precios debido a la guerra en Ucrania”[35].

Si las sanciones, tal y como se han anunciado, se convierten en un embargo total de los hidrocarburos rusos, el petróleo podría dispararse hasta alcanzar precios superiores a los 140 dólares por barril: durante años ha fluctuado entre los 40 y los 60 dólares y luego, tras unos meses de locura por la crisis mundial de 2008, osciló entre los 60 y los 80 dólares por barril[36]. Lo que debía ser una señal de la unidad del G7 para el mundo resultó ser un signo de su debilidad inherente, porque los que no se adhieren a las decisiones del G7 ya compran a un precio inferior a los 100 dólares por barril, y no tienen intención de dejar de hacerlo[37], entre otras cosas porque la industria petrolera rusa gana lo suficiente aunque venda el petróleo a menos de 40 dólares por barril, y por lo tanto puede volver a bajar el precio, si es políticamente útil[38].

No sólo eso: nadie sabe lo que hará Vladimir Putin, y si decide reducir aún más las exportaciones, esto llevará a un colapso de todo el sistema industrial y de bienestar europeo en pocos meses[39]. Las tres principales ramas de consumo energético (industria, calefacción y tráfico rodado) utilizan cada una algo menos del 30% de petróleo y gas[40], mientras que el consumo de electricidad de la industria es ligeramente superior[41]. Si todo esto se reduce aunque sea un 10%, y esto no se traslada a los hogares y al sistema comercial, significa automáticamente una disminución de la producción industrial y, por tanto, del producto interior bruto, con un aumento significativo de las cifras de desempleo.

Los trágicos errores de los gobiernos europeos

30 de septiembre de 2022: reunión del Consejo de la Unión Europea en Bruselas^[42]

El 30 de septiembre de 2022, la reunión del Consejo de la UE en Bruselas terminó en un punto muerto. Ni siquiera se discutió la introducción del tope del precio de los hidrocarburos[43], lo que obliga a cada país a tomar decisiones individuales. El Gobierno alemán quiere gastar 200.000 millones de euros, aumentando la deuda pública nacional, para compensar el precio de mercado con el precio soportable por los ciudadanos particulares, el sistema comercial y, sobre todo, la industria[44].

Países que ya están endeudados hasta el cuello, como Italia, Grecia y Portugal, proponen la reducción obligatoria de la demanda de electricidad, la introducción de un límite a los ingresos de las compañías eléctricas y una contribución solidaria de los productores de combustibles fósiles, todo lo cual no sabemos si será aplicable o no[45]. En cualquier caso, esta solución crea, dentro de la Unión Europea, una ventaja ilegítima de las empresas que operan en Alemania en comparación con las que operan en países donde no existen esos 200.000 millones de euros para gastar – y que, por lo tanto, se verán obligadas a producir a precios completamente fuera del mercado[46]. En cuanto a la vida de los ciudadanos fuera de Alemania, la única que se vislumbra es la del racionamiento del consumo[47].

Una crisis de tales proporciones que pone en tela de juicio la capacidad del euro para seguir existiendo[48], y que complace a quienes se oponen por principio al nacimiento de una verdadera Europa unida. Pero Alemania tiene una necesidad existencial de mercado común europeo, por lo que el nuevo gobierno federal, dividido internamente y con graves dudas sobre qué hacer, se limita a la declaración del canciller Scholz: “Todos estamos de acuerdo en que los precios del gas son demasiado altos y tenemos que discutir con Noruega, Estados Unidos, Japón y Corea cómo bajarlos”[49]. una declaración que habla por sí misma. Angela Merkel, al ser preguntada hoy por lo que piensa de todo esto, responde que al final se llegará a una decisión común europea de todos modos, porque nuestras economías están ahora tan interconectadas que si alguien optara por el egoísmo, toda la Unión se derrumbaría en un efecto dominó[50].

Ursula Von der Leyen escribe una carta a los gobiernos, en la que dice: “Aunque los precios del gas han bajado en las últimas semanas, siguen siendo muy altos y pesan mucho en la gente y en nuestra economía”, y en la que pide “proteger nuestro mercado único, que ha demostrado repetidamente su resistencia ante la crisis”. La Sra. Von der Leyen está pensando en una intervención decisiva en el “mercado mayorista europeo” de la energía, que es el centro virtual holandés llamado TTF (Title Transfer Facility)[51], que reúne a proveedores y compradores para entregas inmediatas y futuras de gas sobre la base de precios fijados en euros por megavatio-hora, precios que cambian a diario y son la principal referencia para todo el sector energético europeo[52].

Quienes conocen la TTF objetan: “Los precios que surgen de este gambito diario no tienen nada que ver con los costes de producción del gas, sino simplemente con la especulación financiera sobre el gas europeo. De hecho, es bueno recordar que mientras el precio del petróleo se determina a escala mundial, el precio del gas se determina a escala “regional” (específicamente europea) y que el problema es todo europeo y producido artificialmente por las políticas europeas. En esta situación de “volatilidad de los precios”, como dicen los expertos, todos los problemas se amplifican: la reanudación de la producción post-Covid fue la primera gran oportunidad para la especulación y la guerra en Ucrania la segunda”[53]. Entre los elementos que favorecen la especulación, que también afecta al gas licuado, está obviamente la aprensión de los gobiernos europeos ante la proximidad del invierno, que permite a los especuladores elevar los precios hasta el límite[54]. La propuesta también exige planes aún más estrictos para reducir el uso del gas, incluyendo una reducción del consumo más allá del 15% acordado en julio de este año[55].

La poderosa infraestructura de almacenamiento de gas licuado (GNL) de Argelia se dirige a Europa^[56]

En la carta de la Sra. Von der Leyen se habla del coste de la electricidad: Como en el mercado libre el precio de la electricidad lo fija el precio de la fuente de energía más cara que se necesita para producirla (hoy en día: el gas), la Comisión está dispuesta a discutir un tope al precio que las centrales eléctricas de gas tienen que pagar por su suministro[57]. Esto, en principio, excluye el gas utilizado para otros fines, como la producción industrial y la calefacción doméstica. La medida recuerda al llamado “modelo ibérico”, adoptado por España y Portugal, consistente en un programa masivo de ayudas estatales para compensar los elevados costes de las centrales de gas, que debería durar doce meses y evitar que se supere el límite de 40 euros por megavatio-hora en los primeros seis meses, y de 70 euros en los segundos[58]. Una solución que, según algunos expertos, podría suponer un mayor consumo de gas[59].

Si pensamos en una perspectiva europea, la única solución real es establecer un programa de compras conjuntas que permita a la Unión actuar como comprador único, al tiempo que se fomenta la inversión en tecnologías verdes y eficiencia energética, para reducir drásticamente la dependencia de los combustibles fósiles importados[60]. Esto sería posible ampliando los fondos públicos asignados al programa REPower EU: la respuesta de la UE a las perturbaciones del mercado causadas por la invasión de Ucrania – con los objetivos de ahorrar combustible, aumentar la energía limpia y diversificar el suministro energético común[61]. Se trata de un programa respaldado por medidas financieras y legislativas para la construcción de nuevas infraestructuras y que pretende recaudar hasta 300.000 millones de euros de aquí a finales de la década, de los cuales 225.000 millones procederán, al parecer, de préstamos no utilizados del Fondo de Recuperación del Coronavirus[62]. La cuestión es si hay fuerza suficiente para convencer a todos los países de la UE de que elijan este camino, una fuerza que probablemente surgiría del fracaso de cualquier otra estrategia común o individual.

El creciente papel del gas licuado (GNL)

Evolución de la oferta y la demanda de GNL según las estimaciones de los expertos de Bloomberg^[63]

A pesar de cualquier debate sobre el cambio climático, la guerra de Ucrania o las estrategias de los países de la OPEP+, el mercado que más crece en el mundo es el del gas licuado (GNL)[64]. Se trata de gas natural licuado, en su mayoría metano, que se ha enfriado hasta su forma líquida para que sea más fácil y seguro almacenarlo o transportarlo sin presión[65]. Ocupa aproximadamente 1/600 del volumen del gas natural y es inodoro, incoloro, no tóxico y no corrosivo. El proceso de licuefacción consiste en eliminar el polvo residual, los gases ácidos, el helio, el agua y los hidrocarburos pesados, que podrían causar dificultades, tras lo cual el gas se condensa en un líquido a presión casi atmosférica, mucho menos contaminante que otros hidrocarburos[66]. Tras la regasificación, el producto puede distribuirse a través de las redes habituales.

La UE es el mayor importador de gas natural del mundo, y como hay tantos productores en todas las partes del mundo, es el producto ideal para invertir cuando algunos países productores de petróleo y gas dejen de exportar: los países de Europa Occidental con terminales de GNL son mucho más resistentes a posibles interrupciones del suministro[67]. En la actualidad, el mercado del GNL constituye aproximadamente una cuarta parte del mercado total de la energía: alrededor del 26% de este gas se utiliza en la generación de energía y alrededor del 23% en la industria – el resto se utiliza principalmente para la calefacción de edificios[68]. La demanda actual de gas de la Unión Europea es de unos 400.000 millones de metros cúbicos al año[69], y los expertos se dividen entre los que creen que el mercado se mantendrá estable[70] y los que creen que se disparará de 30.300 millones en 2020 a 66.100 millones en 2027[71].

Hasta el estallido de la guerra, la Unión producía aproximadamente la mitad de sus necesidades e importaba principalmente de Noruega (30%), Rusia (39%) y Argelia (13%) el resto[72]. En la situación actual, los gobiernos europeos han empezado a llamar a la puerta de nuevos posibles proveedores: Qatar, Malasia, Australia, Nigeria, Indonesia, Trinidad y Omán[73]. Algunos países en desarrollo se están preparando para convertirse en exportadores (Papúa Nueva Guinea, Mozambique, Brunei, Angola y Tanzania)[74]. Todo esto no sucede sin que Moscú se dé cuenta, por lo que los rusos intentan recuperar el tiempo perdido centrándose únicamente en los gasoductos[75]. Así que el panorama ha cambiado rápidamente: según las cifras de 2021, Australia (108.100 millones de metros cúbicos) es el exportador de GNL más importante, seguido de Qatar, Estados Unidos y muchos otros[76]. Una nueva producción de 487.700 millones de metros cúbicos podría superar las necesidades actuales de toda Europa y convertir a China en el mayor importador de GNL del mundo[77]. Un hecho que, con razón, asusta a Bruselas: “mientras que en el noroeste de Europa los mercados son competitivos y están bien conectados, con una serie de terminales con una considerable capacidad de importación de GNL, los mercados de gas de las regiones del Báltico, el centro-este, el sudeste y el sudoeste están menos desarrollados”, por lo que es necesario construir nuevos regasificadores y nuevas infraestructuras de almacenamiento, y hacerlo lo antes posible[78]. En Italia, el Gobierno de Draghi hizo una elección forzada: las compró ya hechas[79]: dos buques regasificadores que se sumaron a las tres plantas ya disponibles[80].

El frío y duro invierno que se avecina

Cantidades de GNL almacenadas en los distintos países de la UE antes del invierno^[81]

En los días inmediatamente posteriores a la invasión de Ucrania, todos estábamos, con razón, abrumados por la indignación y el miedo. La decisión de imponer sanciones a Rusia contó con el mismo consenso popular que hizo posible el milagro de acoger a cinco millones de ucranianos que huían de la guerra en pocos días. Sin embargo, ni siquiera en esos primeros días, cuando la indignación estaba en su punto álgido y la gente pensaba que tenía que estar preparada para pagar un precio para detener a Putin, nadie pensó en bloquear completamente las importaciones de gas y petróleo de Rusia. La razón principal es que no todos los países de la UE tienen suficiente gas para pasar el próximo invierno[82].

El uso del gas por parte del Kremlin como arma contra la OTAN es el núcleo (efectivo) de la estrategia militar de Moscú. En las últimas semanas, Putin ha tratado de impedir que los países de la UE negocien con una sola voz, tal y como viene sugiriendo Mario Draghi desde hace meses. Mientras tanto, las cosas han cambiado y Moscú puede colocar 16.000 millones de metros cúbicos de gas en China con una nueva instalación siberiana. Es sólo un comienzo (Rusia vende 200.000 millones de metros cúbicos de gas al año a la Unión Europea), pero es una señal captada por los países más débiles: “un país que depende del gas ruso y tiene un sector industrial intensivo en energía está en una situación muy diferente de otro que depende poco del gas ruso y tiene un gran sector de servicios. La solidaridad entre estos dos países no es fácil de perseguir”[83].

Un ejemplo por encima de todos: en el centro de la primera reducción de los flujos a través de NordStream en junio estaba una turbina de bombeo de Siemens, que había sido enviada a una división canadiense del gigante alemán para trabajos de mantenimiento y que, según Gazprom, no pudo ser entregada debido a las sanciones occidentales que habían bloqueado su envío desde Canadá. Poco después, Ottawa anunció que enviaría la pieza, en nombre de la seguridad energética europea[84]. Esto dio a Putin la oportunidad de poner a prueba la determinación de Occidente de apoyar a Kiev cuando entran en juego los ineludibles intereses nacionales de cada país[85].

Lo mismo ocurre con los demás países de la UE. Dejando de lado pequeños países como Macedonia del Norte, Bosnia y Moldavia, que dependen al 100% del gas ruso, los mayores clientes de Moscú han sido históricamente Finlandia (94%), Letonia (93%), Bulgaria (77%), Alemania (49%), Italia (46%), Polonia (40%) y Francia (25%), y es actuando sobre los partidos de estos países que Putin intenta sabotear los intentos de solidaridad entre nosotros los occidentales[86], sabiendo además que países como Holanda, con su TTF, no percibe gran necesidad de ser solidario con nadie[87]. Por cierto, la producción de la planta de Groninga alcanzó un pico de 88.000 millones de metros cúbicos en 1976 y estuvo a punto de llegar a los 40.000 millones de metros cúbicos hace tan solo cinco años (2017), para caer bruscamente a partir de entonces. Tras la agresión a Ucrania, el gobierno holandés se plantea duplicar la producción de gas del yacimiento de Groningen hasta alcanzar los 7.600 millones de metros cúbicos[88].

Alemania y Francia, a raíz del Tratado de Aquisgrán, estudian un plan común que hace caso omiso del debate de Bruselas, aceptando pagar el precio de la renuncia al principio de complementariedad de las fuentes de energía y la paralización efectiva de los programas de reconversión a las energías renovables, con el fin de utilizar los recursos previstos para evitar una nueva explosión de la inflación[89]. En este sentido, Polonia, gran productor de carbón, ha solicitado oficialmente la suspensión indefinida de los acuerdos medioambientales de Kioto[90]. La República Checa, Eslovaquia y Rumanía, que temen un endurecimiento de las medidas restrictivas de Moscú y pasar el invierno congelados, están a favor de un proceso de distensión frente a Rusia, un proceso en todo caso liderado por el gobierno húngaro, muy cercano a las posiciones de Moscú y que rechaza la introducción de un tope en los precios del gas[91].

En las fronteras de la Unión Europea cada uno hace lo que puede: Londres, por ejemplo, obtiene la mitad de su suministro de gas de fuentes nacionales y lo importa de Noruega y Qatar, mientras que Italia y España han optado por alianzas similares con Argelia y Estados Unidos, en una situación en la que Roma ha decidido invertir en perforaciones en el Mediterráneo, que son prometedoras[92]. Noruega, que es el mayor productor de hidrocarburos del continente, ha ganado cifras de ensueño en los meses de la guerra[93]: incluso hay quien razona que toda la población podría beneficiarse de estas ganancias repartiendo un dividendo de unos 4.000 euros para cada ciudadano[94]. Si Equinor, el gigante petrolero estatal, ganaba unos 200 millones de euros al mes en 2021, hoy se acerca a los dos mil millones de ingresos mensuales[95].

La posición de Italia

Zonas en las que Italia ha autorizado nuevas perforaciones de petróleo y gas^[96]

Italia, en el marco europeo, se encuentra en una posición especial -por un lado, porque posee yacimientos de hidrocarburos sin explotar en sus aguas territoriales[97], y por otro, porque Enrico Mattei, al hacerse cargo de la inactiva agencia petrolera de la Italia fascista, la convirtió en un gigante multinacional- y esta vocación se ha mantenido a pesar del asesinato de su primer presidente: ENI (que es propiedad del Estado en un 30,6%[98]) realiza perforaciones en Nigeria, Congo, Argelia y (mientras Gadafi estaba en el poder) en Libia, pero también en varios países asiáticos, entre ellos Kazajistán[99].

El gobierno ha sido consciente hasta ahora de que Italia es un país que potencialmente escapa al control ruso y estadounidense, y de hecho el ejército vigila la planta de compresión de Tarvisio, en las fronteras con Austria, que es la infraestructura más delicada e importante de nuestro sistema de abastecimiento, porque es el punto por el que el petróleo y el gas de ENI, que llegan de Asia, entran en nuestro país[100]. Italia sólo importa el 10% de sus necesidades energéticas de Rusia, mientras que los mayores proveedores son Argelia y Azerbaiyán[101]. Hay un problema de insuficiente capacidad de regasificación, pero si se cumplen los planes del gobierno, a partir de la próxima primavera Piombino podrá almacenar el GNL que necesitamos para lograr la independencia de las zonas de guerra durante los próximos años[102].

Gracias a la acción del gobierno de Draghi, a esto se sumarán 20.000 millones de metros cúbicos de gas argelino que, a partir de ahora, sustituirán por completo lo que Italia compraba a Moscú[103]. El gobierno no se ha limitado a esto, sino que ha negociado con éxito 4.000 millones de metros cúbicos del norte de Europa para este invierno, y luego nuevos suministros de GNL inmediatamente desde Egipto[104], y otros suministros desde Qatar, Congo, Angola y Nigeria[105]. En resumen, se ha pensado no sólo en la contingencia, sino también en el futuro. El único punto débil es Kazajistán, en el que lleva años operando, ha invertido sumas colosales, pero está dentro del área de influencia de Rusia y, por tanto, presenta un grave grado de inestabilidad[106].

El gobierno de NurSultan comercia con Moscú pero cumple con las sanciones occidentales, no apoyó la invasión de Ucrania y no reconoció a las repúblicas del Donbass (provocando la ira del Kremlin): de ahí una serie de obstáculos a las operaciones del Consorcio del Oleoducto del Caspio (CPC), como el bloqueo arbitrario de los cargamentos de alimentos en marzo[107]. El asunto, que surgió a raíz de una acción judicial interpuesta por la viceprimera ministra rusa Viktoria Abramchenko, parece ser un caso más en el que Rusia ha utilizado el sistema legal como cortina de humo para influir en los mercados[108]. Si no se hubiera levantado el bloqueo, habría sido Europa, que compra dos tercios de los volúmenes exportados desde la CPC y distribuidos a través del puerto de Trieste, la que habría sufrido[109].

Milicianos libios, contratados por la NOC, vigilando los campos de Sharara^[110]

Durante años, gracias a la relación política forjada entre Italia y Gadafi, los 48.000 millones de metros cúbicos de reservas del país (la cantidad era probablemente mayor entonces) estuvieron a disposición de ENI y del mediador italiano, gracias a cuyos servicios el dictador libio había transformado un inmenso desierto en un país moderno y próspero. La muerte de Gadafi ha traído la anarquía, que parece no tener solución, y esto ha provocado repetidamente la paralización de las exportaciones[111]. Recientemente, en abril de 2021, la NOC (Corporación Nacional del Petróleo) se vio obligada a cerrar los pozos del yacimiento de Sharara (en el desierto al sur de Trípoli) por las milicias armadas que habían rodeado las instalaciones[112]. La caída de Gadafi fue responsabilidad conjunta de Francia y Estados Unidos, que envidiaban la relación industrial italiana. El resultado es una guerra civil interminable, en la que los mercenarios pagados por Moscú desempeñan el papel principal de desestabilizadores[113]. Los suministros libios son actualmente escasos, inciertos e intermitentes[114].

Sin un acuerdo entre las facciones, Libia ha vuelto a ser un desierto, y además manchado de sangre. En las conversaciones sobre la estabilización del CON, Francia, Estados Unidos y Egipto fueron invitados por la ONU (Italia fue excluida) y hubo un coro de quejas sobre Rusia[115]. El presidente Mustafa Sanallah pide la creación de una fuerza militar de la NOC capaz de defender los campos petrolíferos, los oleoductos y las terminales de exportación[116]. A pesar de todo, la única forma de suministrar gas libio es a través del gasoducto Greenstream, operado por ENI, que desembarca en Sicilia y podría añadir hasta 10.000 millones de metros cúbicos al mes al suministro de Italia[117]. Un sistema cada vez más inseguro: por Italia pasan 2.690 km de oleoductos y gasoductos, algunos de los cuales (como los Transmed procedentes de Argelia y Túnez, y los que vienen de Nigeria y atraviesan Libia) se construyeron hace más de medio siglo, y sufren constantes ataques de los ladrones, tanto en África como en Europa, una razón más para desplazar el suministro, a pesar de las promesas sobre la economía verde, hacia el transporte marítimo[118].

Egoísmo peligroso

27 de octubre de 1962: el avión del presidente de ENI, Enrico Mattei, se estrella tras un sabotaje, quemando con él la esperanza de una política energética común europea^[119]

En casi todas las cuestiones clave, los distintos países de la UE van en círculos. Sin duda hay razones culturales para ello, y también la debilidad actual de los sistemas de partidos, que persiguen a los electores en lugar de ofrecerles una orientación. Ya no se puede confiar en nadie, porque todos los gobiernos nacionales están dispuestos a relativizar cualquier postura, con tal de que las redes sociales muestren signos de perturbación.

En realidad, no hay nada nuevo: tras el fin de la Guerra Fría, Estados Unidos se esforzó por recrearla, por razones que desconocemos, pero presumiblemente internas. Ahora lo han conseguido, y el precio a pagar ha quedado sobre la mesa para Europa Occidental, que demuestra que sigue disfrutando de una soberanía limitada casi un siglo después del final de la Segunda Guerra Mundial. Una situación muy peligrosa, asombrosa y deprimente. La Rusia de Putin, que en un momento en que todavía estaba muy cerca era nuestro aliado natural, ahora amenaza con desatar la Tercera Guerra Mundial y generar un holocausto nuclear. Las sanciones económicas nos han puesto de rodillas. La recesión, el aumento de la miseria y el desempleo, y la desintegración social llevan al poder (democrático) a partidos cuyos militantes recuerdan abiertamente el fascismo y el nazismo. El fundamentalismo religioso no sólo se convierte en un cáncer del mundo árabe, sino también del mundo cristiano. Todo ello en un momento en el que el planeta Tierra está demostrando que no puede más y está enviando señales catastróficas inequívocas.

Lo que se necesita es una señal completamente opuesta a las enviadas por Moscú y Washington, y a las devueltas por Pekín, Ankara, Riad y Tel Aviv, por ejemplo: invitar a Rusia a unirse, si no a la Unión Europea, al menos al Espacio Económico Europeo. Por ejemplo: mostrar claramente que la OTAN y la Unión Europea no son sinónimos. Por ejemplo: invertir con entusiasmo y coherencia en las energías renovables, y no razonar sobre volver a empezar con el carbón, la energía nuclear y el gas de fracking americano (un desastre para el ecosistema). Por ejemplo: negociar con una sola cara, y no enfrentarse como en Libia.

Pero estos son quizás los sueños de un anciano. Tal vez las cosas ya han ido demasiado lejos, y las democracias occidentales ya no son capaces de encontrar la fuerza para levantarse de nuevo. O, como decía John Belushi, cuando las cosas se ponen difíciles, los difíciles se ponen en marcha. No los que se disparan entre sí, cosa que todo el mundo es capaz de hacer, sino los que encuentran soluciones complejas donde los demás ni siquiera las ven. Los verdaderos tipos duros. Los esperamos con impaciencia.

ITA028

[1]https://www.hal-privatbank.com/news/2022/rezession-im-euroraum

[2]https://unstats.un.org/unsd/snaama/Index

[3]https://www.cnbc.com/2022/10/05/oil-opec-imposes-deep-production-cuts-in-a-bid-to-shore-up-prices.html ; https://www.npr.org/2022/10/11/1128197689/opec-plus-oil-production-cuts-could-signal-a-rift-between-saudi-arabia-and-the-u

[4]https://www.aljazeera.com/news/2022/10/6/why-is-opec-cutting-global-oil-production

[5]https://www.limesonline.com/lespansione-verso-est-della-nato-2/115632

[6]https://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/en/SPEECH_12_796 ; https://ecfr.eu/publication/the-crisis-of-american-power-how-europeans-see-bidens-america/

[7]https://theconversation.com/ukraine-the-history-behind-russias-claim-that-nato-promised-not-to-expand-to-the-east-177085 : https://www.france24.com/en/russia/20220130-did-nato-betray-russia-by-expanding-to-the-east

[8]https://www.limesonline.com/lespansione-verso-est-della-nato-2/115632

[9]https://it.euronews.com/my-europe/2022/07/22/macedonia-del-nord-e-albania-si-avvicinano-allunione-europea

[10]https://www.nato.int/cps/en/natohq/topics_37356.htm

[11]https://www.bundesregierung.de/breg-de/suche/deutschland-und-frankreich-schliessen-vertrag-von-aachen-1566838

[12]https://www.baks.bund.de/de/arbeitspapiere/2015/die-europa-armee-pro-und-kontra

[13]https://reccom.org/nord-stream-gas-uscito-dal-gasdotto/

[14]https://www.corriere.it/economia/consumi/22_settembre_29/nord-stream-quarta-falla-cosa-succede-davvero-quali-rischi-corre-l-europa-9494b806-3fc1-11ed-bc84-39595de415e4.shtml?refresh_ce-cp

[15]https://www.corriere.it/esteri/22_ottobre_02/nord-stream-sabotaggio-226417e8-41bc-11ed-b75b-b72dca12f1fd.shtml

[16]https://www.lindipendente.online/2021/02/18/biden-minaccia-leuropa-stop-al-gasdotto-nordstream-2-con-la-russia-o-ci-saranno-sanzioni/ ; https://www.agenzianova.com/a/60108552eef6a9.80026475/3287758/2021-01-26/energia-casa-bianca-biden-ritiene-nord-stream-2-un-cattivo-affare-per-l-europa ; https://pipelinenews.it/il-parlamento-ue-vota-una-risoluzione-per-bloccare-il-gasdotto-nord-stream-2/ ; https://www.notizieflash24.it/2021/01/24/chi-e-alexey-navalny-loppositore-di-putin-che-piace-tanto-alloccidente/

[17]https://www.corriere.it/economia/consumi/22_ottobre_01/gas-stop-forniture-russe-italia-flussi-azzerati-entrata-tarvisio-9f6ec604-4183-11ed-b75b-b72dca12f1fd.shtml

[18]https://www.corriere.it/economia/consumi/22_ottobre_01/gas-stop-forniture-russe-italia-flussi-azzerati-entrata-tarvisio-9f6ec604-4183-11ed-b75b-b72dca12f1fd.shtml

[19]https://www.borsaitaliana.it/borsa/notizie/teleborsa/economia/eni-descalzi-a-lavoro-per-sbloccare-gas-fermo-in-austria-spero-in-una-soluzione-in-settimana-159_2022-10-03_TLB.html?lang=it

[20]https://www.wired.it/article/opec-taglio-petrolio/ ; https://www.agi.it/economia/news/2022-10-05/opec-taglio-produzione-petrolio-18336020/

[21]https://www.wired.it/article/opec-taglio-petrolio/ ; https://www.agi.it/economia/news/2022-10-05/opec-taglio-produzione-petrolio-18336020/

[22]https://www.wired.it/article/petrolio-russia-terro-prezzo-europa/ ; https://www.reuters.com/business/energy/g7-finance-chiefs-seen-advancing-russian-oil-price-cap-plan-2022-09-02/

[23]https://www.wired.it/article/petrolio-russo-prezzo-tetto-g7/

[24]https://www.reuters.com/business/energy/g7-finance-chiefs-seen-advancing-russian-oil-price-cap-plan-2022-09-02/

[25]https://www.reuters.com/business/energy/g7-finance-chiefs-seen-advancing-russian-oil-price-cap-plan-2022-09-02/

[26]https://www.wired.it/article/petrolio-russo-prezzo-tetto-g7/

[27]https://www.reuters.com/business/energy/g7-finance-chiefs-seen-advancing-russian-oil-price-cap-plan-2022-09-02/

[28]https://www.reuters.com/business/energy/g7-finance-chiefs-seen-advancing-russian-oil-price-cap-plan-2022-09-02/

[29]https://www.reuters.com/business/energy/g7-finance-chiefs-seen-advancing-russian-oil-price-cap-plan-2022-09-02/

[30]https://www.wired.it/article/petrolio-russia-terro-prezzo-europa/

[31]https://www.wired.it/article/petrolio-russia-terro-prezzo-europa/

[32]https://www.reuters.com/business/energy/exclusive-russias-state-owned-rnrc-reinsure-russian-oil-shipments-sources-say-2022-06-10/

[33]https://www.reuters.com/world/india/exclusive-russian-oil-tankers-get-india-safety-cover-via-dubai-company-2022-06-22/

[34]https://it.marketscreener.com/notizie/ultimo/Perche-imporre-tetto-a-prezzi-di-petrolio-e-gas-Russia-piu-facile-a-dirsi-che-a-farsi–41682684/

[35]https://www.reuters.com/business/energy/g7-finance-chiefs-seen-advancing-russian-oil-price-cap-plan-2022-09-02/

[36]https://www.quotidianomotori.com/automobili/prezzo-del-petrolio/

[37]https://www.reuters.com/business/energy/why-russian-oil-gas-price-cap-is-easier-said-than-done-2022-06-28/

[38]https://www.reuters.com/business/energy/why-russian-oil-gas-price-cap-is-easier-said-than-done-2022-06-28/

[39]https://it.investing.com/news/commodities-news/price-cap-su-petrolio-russo-piu-facile-a-dirsi-che-a-farsi-2067758

[40]https://www.bundestag.de/resource/blob/644154/889aae5fb78d87042e942a3774f4df1d/WD-5-033-19-pdf-data.pdf, pag. 7; https://www.umweltbundesamt.de/sites/default/files/medien/384/bilder/dateien/4_abb_eev-sektoren-et_2022-03-25.pdf

[41]https://www.bmwk.de/Redaktion/DE/Publikationen/Energie/energieeffizienz-in-zahlen-entwicklungen-und-trends-in-deutschland-2021.pdf?__blob=publicationFile&v=6

[42]https://www.rainews.it/articoli/2022/09/lunione-europea-ha-raggiunto-un-accordo-sul-gas-senza-il-tetto-al-prezzo-di-importazione-0341a04a-a0cb-45cc-9538-310339936cd6.html

[43]https://www.rainews.it/articoli/2022/09/lunione-europea-ha-raggiunto-un-accordo-sul-gas-senza-il-tetto-al-prezzo-di-importazione-0341a04a-a0cb-45cc-9538-310339936cd6.html

[44]https://www.rainews.it/articoli/2022/09/lunione-europea-ha-raggiunto-un-accordo-sul-gas-senza-il-tetto-al-prezzo-di-importazione-0341a04a-a0cb-45cc-9538-310339936cd6.html

[45]https://www.panorama.it/economia/massaro-su-gas

[46]https://www.panorama.it/economia/massaro-su-gas

[47]https://www.panorama.it/economia/massaro-su-gas ; https://www.lastampa.it/economia/2022/08/20/news/torlizzisubito_il_razionamento_dei_consumi_la_guerra_dellenergia_ormai_e_persa-6940296/

[48]https://www.panorama.it/economia/massaro-su-gas

[49]https://www.panorama.it/news/politica/europa-vertice-praga-gas-draghi

[50]https://www.panorama.it/news/politica/europa-vertice-praga-gas-draghi

[51]https://it.euronews.com/my-europe/2022/08/30/come-funziona-il-ttf-il-mercato-del-gas-di-amsterdam

[52]https://it.euronews.com/my-europe/2022/10/06/la-commissione-europea-apre-al-tetto-sul-prezzo-del-gas

[53]https://www.ilfattoquotidiano.it/2022/08/31/crisi-energetica-un-disastro-europeo-eppure-esiste-una-strada-semplicissima/6786770/ ; https://it.euronews.com/my-europe/2022/08/30/come-funziona-il-ttf-il-mercato-del-gas-di-amsterdam

[54]https://it.euronews.com/my-europe/2022/08/30/come-funziona-il-ttf-il-mercato-del-gas-di-amsterdam

[55]https://it.euronews.com/2022/08/09/ue-al-via-il-piano-per-ridurre-domanda-e-consumo-di-gas-naturale

[56]https://energycapitalpower.com/sinopec-to-construct-179-million-lng-storage-tank-in-algeria/

[57]https://it.euronews.com/my-europe/2022/10/06/la-commissione-europea-apre-al-tetto-sul-prezzo-del-gas

[58]https://www.panorama.it/economia/europa-paesi-tetto-prezzo-gas-italia

[59]https://it.euronews.com/my-europe/2022/10/06/la-commissione-europea-apre-al-tetto-sul-prezzo-del-gas