HAITÍ EN LA SANGRE: EL TERROR DE LAS PANDILLAS CRIMINALES

Hay conflictos feroces e interminables que ya no le importan a nadie, ya que la crisis ucraniana centra la atención del mundo entero. Pero la gente sigue muriendo allí, cada minuto: un rastro de sangre aparentemente interminable, como en la isla de Haití. Ha pasado un año desde que el ex presidente Jovenel Moïse fue asesinado, en su casa, por el fuego de un comando del que aún no se sabe nada, en un Haití miserable ya sumido en el caos total: miseria, hambre, destrucción, miedo, violencia, corrupción, traición… este es el biotopo en el que madura el magnicidio. Dejamos un país totalmente fuera de control, en una crisis muy difícil[1]. Hoy volvemos a esos lugares para entender qué ha cambiado.

Todo, como era de esperar, ha empeorado: asesinos aún desconocidos, cientos de personas huyendo de un país en caída libre. Los intentos de formar un gobierno de coalición no dieron resultados y los esfuerzos por llegar a unas elecciones generales fueron en vano. Mientras tanto, las bandas criminales se han fortalecido y controlan todos los rincones de la capital: los secuestros ya no se cuentan, las guerras territoriales son cada vez más extensas y violentas, y las bandas bloquean las carreteras, impidiendo el acceso a regiones enteras de la isla. La violencia generalizada llena los titulares: sólo en Cite Soleil, un distrito de Puerto Príncipe, la guerra de bandas produjo más de 470 muertos y cientos de heridos entre abril y julio de este año.

Muerte y terror en Puerto Príncipe

Las pandillas siembran el terror en Puerto Príncipe[2]

Desde el 24 de abril, la guerrilla hace estragos en Puerto Príncipe: un feroz enfrentamiento entre la banda de Chen Mechan y la banda rival de 400 Mawozo[3], conocida por el secuestro de 17 misioneros estadounidenses[4]. La policía no interviene, no hay medios, a pesar de que el Primer Ministro Ariel Henry recibió ayuda internacional para reforzarla: el problema es, sin embargo, el vacío de poder absoluto, que no permite ninguna acción represiva[5]. Según un informe publicado por el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos, al menos 118 personas están secuestradas en mayo de 2022, 155 en junio[6].

En julio, la situación se agrava considerablemente: la banda del G9, dirigida por su líder Jimmy Chérisier, alias Barbacoa (por su dedicación a incendiar casas con sus habitantes dentro), se enfrenta a los hombres del “G-Pép”, una nueva coalición dirigida por “Ti Gabriel”, que se opone al poder del G9[7]: se viven días de terror en el barrio de Cite Soleil, con los habitantes encerrados en sus casas sin comida, agua ni acceso a la atención médica[8]. El tiroteo es salvaje, hay muertos y heridos por todas partes. Decenas de casas son incendiadas, miles de personas se ven obligadas a huir. Mumuza Muhindo, jefe de misión de Médicos Sin Fronteras, cuenta que ha visto cadáveres putrefactos y carbonizados en las calles por todas partes[9].

No hay escasez de armas para las bandas: un informe de la ONU (2020) estima que en Haití circulan más de 270.000 armas de fuego ilegales – los principales canales de suministro son con Florida[10]. Un ejemplo, el reciente descubrimiento de un cargamento procedente de Estados Unidos: la agencia de aduanas haitiana, el 14 de julio, se incautó de 18 armas de guerra, cuatro pistolas y casi 15.000 cartuchos de munición enviados en contenedores destinados a la Iglesia Episcopal de Haití: ésta mantiene su extraneidad[11]. Pero éste no es más que uno de los muchos incidentes de secuestro: la historia del contrabando con Estados Unidos llena volúmenes enteros[12].

Los niños están entre las primeras víctimas de la violencia: desde el 24 de abril, se han cerrado 1.700 escuelas (sólo en la capital), y medio millón de niños permanecen en casa, tratando de evitar la lluvia de balas[13]. La ONU denuncia la “violencia extrema” de las bandas y registra “violaciones de niños de hasta 10 años por parte de las bandas, así como el terror y la intimidación de las poblaciones locales que viven en zonas controladas por las bandas rivales”[14]. Además, las bandas no dudan en reclutar a niños[15]. Es una emergencia humanitaria: la ONU y el Programa Mundial de Alimentos se ven obligados a actuar para proporcionar directamente agua y alimentos a los ciudadanos hambrientos: la violencia paraliza todas las actividades, la gente no puede salir de sus casas. Muchos buscan refugio en iglesias o escuelas abandonadas, pero no tienen nada[16].

El asesinato impune

Tres sospechosos del asesinato del presidente; de izquierda a derecha: Mario Antonio Palacios, Rodolphe Jaar y John Joel Joseph[17]

La viuda del presidente Moïse, Martine, que resultó gravemente herida en el atentado, exige justicia. Se pronuncia con la mayor firmeza y dice que no participará en ninguna de las conmemoraciones organizadas por el Estado en señal de protesta, “cuyo jefe de gobierno está bajo graves sospechas de [participación] en el asesinato del Presidente de la República”[18]. Hasta la fecha, la policía nacional ha efectuado 44 detenciones, entre ellas las de 18 ex soldados colombianos -uno murió de covida en la cárcel[19]-, pero ninguno de ellos ha sido procesado. El sistema judicial está paralizado: cuatro jueces asignados al caso se vieron obligados a dimitir por amenazas de muerte[20], mientras que un quinto ha sido nombrado por el tribunal. Mientras tanto, un tribunal turco rechazó la solicitud de extradición de un ciudadano jordano que se cree que está implicado en el asesinato[21].

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha acusado a tres sospechosos, que están recluidos en una prisión federal de Miami: son el ex oficial del ejército colombiano Mario Antonio Palacios[22], el empresario haitiano Rodolphe Jaar (ex informante de la Administración de Drogas y Control de Estados Unidos, ya condenado por tráfico de drogas hace una década, confesó haber contrabandeado siete toneladas de cocaína), que admitió haber suministrado las armas al comando[23], y el ex legislador haitiano John Joel Joseph, acusado de ser uno de los líderes de la trama, inculpado por una conversación de WhatsApp en la que discutía los detalles de la operación con James Solages, anteriormente detenido en Haití[24].

Los tres fueron acusados formalmente de “conspiración para asesinar o secuestrar fuera de Estados Unidos” y de proporcionar “apoyo material […] para preparar o ejecutar la conspiración para asesinar o secuestrar”[25]. En este momento, la justicia estadounidense representa la única esperanza para muchos haitianos de esclarecer el asesinato del presidente. Sobre los motivos del asesinato, aún no se sabe nada: un artículo del New York Times del 12 de diciembre de 2021 afirma que, antes de ser asesinado, Moïse estaba “trabajando en una lista de poderosos políticos y empresarios implicados en el tráfico de drogas de Haití, con la intención de entregar el dossier al gobierno estadounidense”[26]. Algunos funcionarios revelan que los asesinos, durante los interrogatorios, afirmaron que la recuperación de esa lista era la máxima prioridad[27]. A raíz de las interceptaciones, el primer ministro Ariel Henry también acabó entre los sospechosos: acusado por el fiscal jefe Bed-Ford Claude, Henry pensó mejor en destituirlo unas horas después, nombrando a Frantz Louis Juste en su lugar[28].

Los efectos del vacío político

16 de julio de 2021: funeral del presidente Jovenel Moïse[29]

La situación política muestra un vacío sombrío: la crisis comenzó el 7 de febrero de 2021, cuando Jovenel Moïse dejó claro su deseo de permanecer en el cargo más allá del final de su mandato[30]. Un hecho que no sólo desencadenó violentas protestas por parte de la oposición, sino que también provocó masivos disturbios callejeros[31]. El 7 de julio, el asesinato del presidente sume a Haití en un caos total. En menos de dos semanas fue elegido el Primer Ministro Ariel Henry, que era muy consciente de la complejidad de la situación: él mismo declaró: “Es en un contexto de extrema polarización […] debemos encontrar y aplicar una solución duradera a la crisis multifacética a la que nos enfrentamos”[32].

Henry inicia un intento de reunir un gobierno provisional de unidad nacional, con la intención de dirigir la política hacia las próximas elecciones, previstas para finales de año, y encuentra un acuerdo con el Grupo Central, un grupo compuesto por los embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, la Unión Europea y representantes de Naciones Unidas y Estados Unidos. La coalición opositora Sector Democrático y Popular no acepta el nombramiento del Primer Ministro, calificándolo de marioneta en manos de la comunidad internacional: “Lo suyo es sólo una provocación política que echará más leña al fuego y empujará al país a una mayor crisis”[33]. Muchos activistas también se oponen abiertamente a seguir adelante con las elecciones, pues consideran que el momento, impregnado de violencia, es malo, y que la situación sólo puede empeorar: el riesgo de que los ciudadanos no puedan participar libremente es demasiado alto[34].

Sin embargo, las elecciones se posponen: el 27 de septiembre de 2021, el Primer Ministro anuncia en un decreto la destitución de los miembros del Consejo Electoral Provisional, que habían sido fuertemente criticados por la oposición desde su nombramiento[35]. La decisión supuso el aplazamiento indefinido de las elecciones, que hasta entonces estaban previstas para el 7 de noviembre; Henry declaró a la CNN que las elecciones se celebrarían tras una revisión constitucional en los “primeros meses del año que viene”[36]. Pero ha pasado casi un año desde entonces y no ha pasado nada.

Henry se opone a una importante iniciativa, el Acuerdo de Montana, formulada por grupos de la sociedad civil haitiana (más de 180 organizaciones de grupos religiosos, grupos de mujeres y agricultores, asociaciones de abogados, sindicatos, partidos políticos y grupos de derechos humanos), con la idea de establecer un gobierno de transición de dos años. Henry se justificó: “un presidente no puede ser nombrado o seleccionado por un grupo de personas u organización. Las elecciones son el único camino a seguir”[37]. Sin embargo, el Acuerdo de Montana es la única posibilidad real de restablecer el orden en el caos político, ya que prevé una estructura de gobierno que reconstruye el consenso nacional sobre cuestiones clave (como la reforma constitucional de 1987) y establece un calendario congruente para reconstituir la maquinaria electoral del país.

Mientras tanto, las bandas criminales se desbocan, la economía se paraliza, los ciudadanos se desesperan. Canadá anuncia una ayuda de 39 millones de dólares para servicios sanitarios, seguridad e infraestructuras, mientras la ONU planea una conferencia de donantes en febrero[38]. La comunidad internacional, en general, ha hecho poco a lo largo de los años, a pesar de la entrada masiva de ayuda extranjera y las declaraciones de intención humanitaria. En abril, el congresista estadounidense Andy Levin criticó la “precipitación electoral” de Henry e instó al gobierno de Biden a elaborar una solución conjunta con las partes haitianas[39]. Pero la situación internacional (y la situación dentro de los propios Estados Unidos) no deja margen para asumir los onerosos compromisos necesarios para que el país sea estable y pacífico.

12 de julio de 2022: el ejército haitiano intenta recuperar el control de la capital, mientras que a pocos metros se disparan las armas de las organizaciones criminales enfrentadas[40]

Henry tantea: no quiere renunciar al poder, pero es impotente. En junio insta a los haitianos a trabajar juntos, y escribe en Twitter: “Es una obligación si queremos restablecer la seguridad, hacer frente a las bandas armadas y a sus patrocinadores, [y] crear un clima propicio para la celebración de elecciones con una alta participación de los votantes, con el fin de reconstruir nuestras instituciones democráticas”[41]. Esto es lo mejor que puedo hacer: más bien poco para una nación que corre hacia la destrucción total.

Décadas de inestabilidad política y desastres naturales han devastado la isla. Su economía, la más pobre de América, depende totalmente de la ayuda exterior. Más de un tercio de los haitianos pasan hambre y las bandas se han apoderado de zonas urbanas enteras, desintegrando el tejido social. Haití es un país que, después de décadas, sigue pagando el amargo precio de la devastación colonialista francesa; pero también el de las sucesivas y fuertes injerencias, desde la ocupación militar estadounidense en 1915, hasta el reciente embargo de Estados Unidos a Venezuela, que aceleró el fin del programa PetroCaribe, provocando la escasez de combustible de 2019 y desencadenando los disturbios que siguieron: acontecimientos que han desestabilizado irremediablemente la sociedad, la política y la economía. Pero ni siquiera un ligero sentimiento de culpa, útil para desencadenar la más mínima asunción de responsabilidad, parece tocar a Occidente.

ESP018

[1] https://www.glistatigenerali.com/geopolitica/haiti-linferno-dei-caraibi/

[2] https://www.wionews.com/more-than-200-people-dead-in-just-10-days-as-haitis-capital-descends-into-a-gang-war-501051

[3] https://www.voanews.com/a/dead-thousands-flee-homes-as-gangs-battle-in-haiti-/6548482.html

[4] https://www.theweek.co.uk/news/world-news/americas/954482/400-mawozo-haitian-gang-kidnapping-17-us-missionaries

[5] https://www.voanews.com/a/dead-thousands-flee-homes-as-gangs-battle-in-haiti-/6548482.html

[6] https://www.france24.com/en/americas/20220726-hundreds-hurt-or-missing-in-fierce-wave-of-haiti-gang-violence-un-says

[7] https://www.icihaiti.com/en/news-37125-icihaiti-cite-soleil-already-at-least-20-dead-and-50-injured-in-armed-clashes.html

[8] https://www.icihaiti.com/en/news-37125-icihaiti-cite-soleil-already-at-least-20-dead-and-50-injured-in-armed-clashes.html

[9] https://www.haitilibre.com/en/news-37138-haiti-flash-thousands-of-brooklyn-residents-hostages-of-the-gang-war-cite-soleil.html

[10] https://www.business-humanrights.org/en/latest-news/haiti-us-illegal-weapons-are-feeding-spiraling-gang-violence/

[11] https://www.reuters.com/world/americas/anger-grows-haiti-over-weapons-trafficking-us-after-guns-shipped-church-2022-07-28/